El alumno y el profesor
suelen tener roles diferentes
pero a tu lado te sentíamos
como una de nuestros parientes.
La asignatura de literatura
no era muy divertida,
hasta que llegaste tu
y aportaste un poco de alegria.
«¿Cómo será la sustituta?»
- se comentaba.
Ella es Larissa,
una mujer muy educada.
De Valencia a Barcelona
y de las clases a nuestro corazón.
«Seguro que es maja».
Tenian razón.
Si la lluvia no moja
y el ruido no suena...
Estarás dentro de nuestro corazón,
en nuestra sentimental trena.
No eres una profesora,
Eres LA profesora.
Y te recordaremos cada minuto,
cada hora.
El cariño abunda en ti,
no solo a la hora de enseñar;
eres una persona maravillosa,
la cual nos ha conseguido emocionar.
Eres como aguja en un pajar,
como huella en el mar;
las personas como tú son únicas
con el alma saben trabajar.
Gracias por ser como eres,
gracias por habernos hecho aprender.
Sin ti nada hubiese sido lo mismo,
ojalá nos volvamos a ver.
