REMINISCENCIA OTOÑAL
Dos almas gemelas
con candor como bandera,
dando tumbos por la vida
esperando el tren que no llega.
Como hojas de un árbol
que poco a poco caen.
El húmedo suelo las reclama
y los vientos las sustraen.
Por si se hacen falta
no acaban de cegarse.
Esperan que sus cicatrices
solas vayan a vendarse.
El frío otoño acaricia
todos sus velados deseos.
Uno se desgarra el alma,
escribe y echa de menos.