Es de noche,
todas las luces están apagadas,
pero en mi corazón brilla
el sentimiento que tengo por ti.
Lo nuestro hay que resolverlo,
aunque sea lo que nunca fue.
Mi voz está ya cansada
de todas las veces que me callé.
No me importa malgastar mi tiempo
y escribirte más poemas que quién sabe si te conquistan,
me refugio en las cartas que escribo,
que hacen que mis deseos se resistan.
Miro el reloj,
sigue estando la Luna.
Sacudo un poco la almohada
y sueño con tu fortuna.