El único lugar
donde tus ojos
deben quedar anclados
es en tu rostro.
Basta ya de dejar que te conviertan
en algo que no eres,
de que te hagan dejar de ser tú,
de que borren tu identidad.
A quien le toca dejar huella
es a ti,
pisando fuerte en tu camino,
sin entretenerte
como lo hizo Caperucita.
Enmudece a los lobos dañinos,
cómete el rastro de migas,
ve sin zapatos al baile.
Perteneces a la realeza de tu cuento llamado 'Vida'.
Falda,
pantalón,
da igual lo que te pongas
mientras te vistas con el corazón,
porque no es cuestión de dinero.
Cruz a quien tenga mucha cara,
que para eso ya está la tuya
y muy bonita.
Cámbiale el nombre a tu alma
y llámala Libertad,
que como dijo Chaz Bono:
"El género está entre las orejas,
no entre las piernas."
El sol nos alumbra a todos,
al igual que la lluvia nos empapa,
pero sé tu propio paraguas,
o aprende a bailar
bajo los truenos de la sociedad,
con o sin zapatos,
como a ti te dé la gana.
La piel es sólo piel,
el alma es lo que queda.
La humanidad es universal,
hay que evitar que retroceda.
La lumbre del sexismo
no puede
(ni debe)
quemar entrañas.
No dejes que tu alma
juegue al escondite.
1, 2, 3…
Sé tú,
le pese
a quien le pese.
Nada de dar
un poco más de cuerda,
no eres un juguete.
Eres tú,
edición especial
y limitada.
Sé tu clave de sol
del compás de tu vida
e ilumina tu ritmo.
Estate a tu la-do
para toda la vida.
Eres la perla
que Jack quiere,
metida en una caja,
y sólo tú
tienes la llave.
Déjate de tonterías,
quiérete,
regálate rosas rojas
como el corazón,
color pasión,
no espinas
ni capullos,
porque sólo a ti
te pertenece tu frecuencia cardíaca.
Todo es arte,
la existencia es un libro,
somos historias.
Permítete una obra maestra
en cada uno
de tus capítulos.
Sé bala perdida,
pero encontrándote a ti.
