¿QUÉ ME QUEDA?
Si se desgastaron las muletas
en las que me apoyaba.
Si las cosechas de mi huerto
pasaron a ser escasas.
Si dejé de ver el sol
que tanto alumbraba mis días.
Si el horno empezó a calentarse
y el pan quedó calcinado.
Si el aparente oro
resultó ser hierro oxidado.
Si la poesía se cohibió
y las palabras empezaron a desbocarse dentro.
Si el vivir se hizo extenso
y los años breves.
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